Día 4: Sea World

Horario del parque: 9 a 18 horas.



Nos despertamos a las 7 y algo, desayunamos, y a las 8 y algo en marcha; este acabaría siendo nuestro horario habitual, que se modificaría algo en función de lo cerca o lejos que estuviera el parque; el objetivo era estar a la hora de apertura en el parque.

Las entradas las habíamos comprado por internet, y ya no había que recoger nada, te imprimías en casa el folio con el código de barras y listo; también compramos por internet el parking, que costaba 12 $.

Este parque como su nombre indica, está dedicado al mundo marino, y aunque tiene alguna montaña rusa, nuestro objetivo, era ver los espectáculos.


Esta es la montaña rusa estrella del parque, MANTA, si os fijáis se va montado como si fueras una manta, es decir, mirando al suelo; al final los chicos no subieron por falta de tiempo. Menos las primeras horas del día, el tiempo de espera se acercaba a la hora; también parece que durante la jornada estuvo averiada algún tiempo, porque no se oía nada, y cuando está en marcha se oye por bastantes sitios del parque.


Un par de semanas antes de salir miramos los horarios en su página web y ya nos trazamos una ruta, allí los comprobamos y como eran los mismos que teníamos, seguimos más o menos la ruta.

Empezamos por el espectáculo de delfines BLUE HORIZONS, nada más llegar con sólo ver el estadio, uno ya se imaginaba que aquello no iba a ser el típico espectáculo de delfines, y así fue. Los delfines, hacen lo de siempre, pero lo convierten en toda una representación musical con delfines, y acróbatas haciendo piruetas; el final sobre todo es supervistoso. Espectacular, nos encantó; después de esto, los espectáculos de delfines que tenemos por aquí, pues como que ya no serán lo mismo.






El siguiente espectáculo que tocaba fue CLYDE AND SEAMORE TAKE PIRATE ISLAND con leones marinos y focas, este nos gustó menos, ya que hay mucho dialogo y si no dominas el idioma pues no te enteras de nada, aunque fue muy gracioso como todos los que hacen este tipo de animales. Aunque está bien, esté es prescindible. Lo bueno en todos los espectáculos es que estabas sentadito y a la sombra.






Después seguimos paseando para ir hacia el espectáculo estrella del parque.




El espectáculo estrella es en el Shamu Stadium, pedazo de estadio.


Y es BELIEVE, ni más ni menos que su espectáculo de orcas. Supongo que habrá alguien que este espectáculo le decepcione, pero no fue nuestro caso. Yo en parte iba con algo de miedo por las altas expectativas que tenia sobre Believe, porque desde que pensé en ir a Orlando, quise ver este espectáculo. Y para todos nosotros fue sencillamente ESPECTACULAR.



Pensábamos que las orcas hacían cuatro tonterías y ya está, pero no, hacen un espectáculo al estilo de los delfines; pensábamos que en la solo salía una, pues no, salen media docena. Habíamos leído que no hay que sentarse en las primeras 12-14 filas más o menos, y totalmente cierto; acabas más que mojado, duchado, cuando aquel bicho agita su cola, saca una cantidad de agua increíble.










Luego tocaba otro espectáculo, aunque esta vez no habían animales, era de acrobacias A’LURE … THE CALL OF THE OCEAN, además este espectáculo es en un teatro cerrado, y eso se agradece, que fresquito. Volviendo al espectáculo, decir que también nos gustó mucho, es una historia que transcurre en el fondo del mar, con bailes y sobre todo acrobacias. Muy bonito.



Tan solo nos quedaba un espectáculo, pero ya iba siendo hora de comer, así que nos fuimos hasta uno de los restaurantes que ya nos quedaba al lado del teatro. Elegimos el restaurante Voyageurs Smokehouse, porque era grande y era interior, ya que algunos eran muy pequeños y no tenían aire acondicionado, eran solo terraza, y para comer necesitábamos estar fresquitos. Lourdes no se encontraba muy bien así que no se pidió nada para comer, pedimos tres sándwich turkey, que junto con las bebidas y un postre nos costó 43 $.

Tras la comida fuimos directos al espectáculo que nos quedaba PETS AHOY!, este teatro también es cerrado, así para después de comer nos fue muy bien estar fresquitos. Sobre este espectáculo no teníamos grandes expectativas y nuevamente salimos encantados; son perros y gatos recogidos de refugios animales, de todo tipo de raza y tamaño. No hacen gran cosa, pero todo muy coordinado. Nos gusto mucho también.



La parte de los espectáculos ya la habíamos finalizado, lo mejor quizá sea dejarse Believe para el final, pero preferimos no dejarla no fuera cosa que lloviera y se suspendiera o se nos complicara por cualquier cosa.

En este parque lo que no faltan son animales marinos, vimos tiburones, delfines, pingüinos, manatíes, cocodrilos, rayas, leones marinos, tortugas, y acuarios con peces tropicales.

En la zona de los leones marinos puedes comprar pescado y darles de comer, y hay que ver que morro le echan algunos de estos animales.



Solo nos quedaba una cosa por ver, pero para ello había que cruzar el lago, que bueno aunque hacía un buen sol, el aire era bastante agradable.


Fuimos a WILD ARTIC que es donde están los osos polares, esta atracción esta divida en dos partes, la primera debes elegir entre un recorrido suave, que en realidad es una película; y la versión Air Tour que es la misma película pero en un simulador imitando un helicóptero sobrevolando el Ártico. Como yo por fin había recuperado mi estómago y mi amiga estaba todavía un poco pachucha elegimos la versión suave, y los chicos eligieron la del simulador, que les gustó mucho.

La segunda parte es donde están los osos polares, la tematización es brutal, imitando una base polar; muy bonita, el frío aquí es considerable. Nos gustó mucho.


Tras esto retomamos camino hacia la salida y dábamos por finalizada nuestra visita, muy cerca de la hora del cierre ya.

Un parque que nos había gustado mucho, ese tipo de espectáculos no estamos acostumbrados a verlos por aquí. Es muy posible que si volvemos a Orlando, lo visitemos nuevamente.

Vuelta al hotel a descansar y reponernos un poco, y más tarde salimos de nuevo a cenar al CITY WALK, como hoy no habíamos ido a los parques de Universal, sí hubo que pagar parking, pero a partir de las 6 de la tarde sólo cuesta 3 $.


Como somos aficionados al basket, para esta noche elegimos el restaurante NBA CITY.


Fue la peor comida/cena de todo el viaje, y también la más cara, y quizá la peor atendidos porque la camarera nos estresaba un poco; no sé que pedimos (porque el ticket detallado ni nos lo dieron) solo puedo decir lo que nos costó a los cuatro, un plato central para compartir, cada uno su plato y las respectivas bebidas, 110 $. El lugar en si es bastante bonito, pero íbamos tan ilusionados que nos defraudó bastante, seguramente en otro viaje no repetiríamos.


Ya de vuelta al pasar por el Nascar Café, Luís como buen aficionado al automovilismo, no se puedo resistir a esta foto.


Una señal indicativa, que por el día pasa mucho más desapercibida.


Tras la cena nos compramos unos buenos helados en un sitio llamado TCBY, y ya volvimos hacía el hotel, contentos, porque nuevamente había sido un buen día en Orlando.

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