Días 14 y 15: Animal Kingdom y viaje de vuelta

Hoy el viaje tocaba a su fin, el vuelo salía por la tarde, así que todavía pensábamos aprovechar hasta el último momento en Disney. Nos levantamos prácticamente como todos los días, porque total ya nos habíamos acostumbrado, y por uno más ya daba igual.

Tras el desayuno, Alfredo y yo nos fuimos a Animal Kingdom, que es el parque que nos pillaba más cerca del hotel.


El parque abría a las 9, y un poco antes ya estábamos allí, con el coche aparcado bien cerquita. Nos dio tiempo de ver la apertura, que comenzó a las 8’50, simplemente salen algunos personajes en unos vehículos. La verdad es que como la de Magic Kingdom, ninguna apertura.


Como prisa no teníamos, íbamos paseando y es cuando observamos cómo va todo el mundo directo hacia la zona de África a Kilimanjaro Safaris.

Nosotros cogimos dirección hacia la zona de Dinoland.



Y fuimos directos a DINOSAUR (sin espera), vas en un vehículo que te transporta a la era de los dinosaurios, una atracción bastante oscura e intensa; yo no entre, pero a Alfredo le gustó mucho. La atracción más que sin espera es que estaba prácticamente vacía, no había casi nadie por aquella zona.


Eran tan solo las 9’20 de la mañana, y ya habíamos conseguido el primer objetivo de los dos que nos habíamos marcado en el parque.

Al pasar por el árbol de la vida, más Photopass.




Luego ya nos fuimos a la zona de Camp Minnie-Mickey, y vimos pequeños detalles que el primer día ni nos dimos cuenta con las prisas.




En aquella zona hay muchos personajes, y aprovechando que no había gente, yo me hice una foto con uno de los personajes de la película “Bambi” (la novia de Tambor, el conejo amigo de Bambi).


Y ya directos sin perder más tiempo, fuimos a FESTIVAL OF THE LION KING, este espectáculo comenzaba a las 10, y unos 15 minutos antes estábamos en la cola, a esas horas había poquísima gente. Este para mí es el mejor espectáculo con diferencia de Disney, y que mejor forma para despedirme de Disney que con este musical.




Esta vez hicimos más videos, aquí dejo unos cuantos.











A mí este espectáculo me pone los pelos de punta, porque la banda sonora del Rey León, me encanta. Y se me saltó alguna lagrimilla, con lo que me gusta el espectáculo, y que era la despedida de Disney, pues no lo pude evitar.

Tras el espectáculo fuimos saliendo tranquilamente, no sin hacernos las últimas fotos cerca del árbol de la vida, y observar algunos detalles.





Una última del Photopass.


Y ya vuelta al coche para ir al hotel a por las maletas.


Aunque aún era pronto para ir al aeropuerto, decidimos ir por no guardar las maletas en el hotel, por un par de horas.

Allí nos estaban esperando Luis y Lourdes, con todas las maletas, que costó lo suyo que encajaran, al final acabamos llevando algunas cosas en el asiento trasero.

Pillamos 3 peajes, uno de 0’50 $, y 2 de 1’25 $, peajes que aprovechamos para ir deshaciéndonos de monedillas. En el primero como llevábamos el importe exacto, elegimos una de esas que les echas las monedas, pero fue un tangue, no reconoció la mitad de monedas, así que nos costó el doble. El trayecto duró alrededor de media hora.

Llegamos al aeropuerto alrededor de las 12’30, lo primero a devolver el coche, que por si alguien tiene curiosidad hicimos unas 280 millas (450 kilómetros); el tanque de gasolina ya iba incluido en la reserva, y lo dejamos prácticamente seco.

Y como era de esperar todavía no se podía facturar, por lo hemos había wifi gratuito, así que nos conectamos y vimos un poco los correos y alguna cosilla más.

Por fin llegó el momento en que abrieron la facturación, y después nos fuimos a comer, elegimos un italiano, unos trozos de pizza y alguna cosilla más.

Después de comer ya nos fuimos a pasar los controles de seguridad, que por cierto tienen muy mal organizadas las colas, pasamos sin problemas y cogimos el trencito interior que te lleva a tu Terminal.

Orlando nos despedía con una buena tormenta, mientras íbamos en el tren así estaba el día.


El vuelo salió poco después de las 17:50 que era su hora de salida, antes de subir al avión montaron un control de drogas, que era aleatorio, a unos les paraban y a otros no; y le tocó a Luis. Nosotros le decíamos que eran aleatorios, pero él decía que le tocaban todos.

El vuelo de vuelta tranquilo y durmiendo tranquilamente.

Sobre las 7 de la mañana que era la hora prevista aterrizamos en Londres, esperamos nuestras maletas, que llegaron todas más o menos bien, y nos fuimos a informarnos de nuestro vuelo.

Recordar que en España, ese día 29 de septiembre estábamos de huelga, así que fuimos al mostrador de Easyjet para informarnos. Nuestro vuelo salía a las 17:40 de la tarde.

Nos dijeron que el vuelo de la mañana salía seguro, pero que el nuestro de la tarde no era seguro que saliera, que sí queríamos por 46 libras por persona, nos cambiaban de vuelo. Y al final es lo que hicimos, ya imaginábamos que seguramente nos mentirían y el de la tarde saldría, pero no nos podíamos arriesgar, si total había que ir a Londres a matar las horas, guardar las maletas en consigna y comer, al final el dinero se nos hubiera ido igual.

Así que compramos los billetes y facturamos en un momento, pasamos el control, y a que no adivináis quien pitó, Luis, pobrecillo.

Paseamos un poco para no dormirnos y ya se fue haciendo la hora de embarcar, el vuelo salió puntual a las 10:20, vuelo tranquilo y en hora.

Al llegar poco antes de las 2 de la tarde, nos estaban esperando unos amigos que ese día no trabajaban para llevarnos a casa, por si por culpa de la huelga no habían taxis. Así que al final a hora de comer ya estábamos en casa, yo aguante como pude durante el día para no dormirme, y ya cuando me levanté al día siguiente no tenía ni jet lag.

Y hasta aquí el viaje a Orlando “el lugar donde los sueños se hacen realidad”.

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