Día 2: Llegada a Orlando

Desayunamos, y a las 8 como habíamos acordado con la mujer de la casa, estábamos preparados con nuestras maletas.

Fuimos a facturar las maletas a la zona llamada bag to drop, que es donde se facturan las maletas de cualquier vuelo, prácticamente no había cola. Aquí ya nos hicieron una especie de control o comprobación de pasaporte.

Pasamos el control bien y rapidito, y ya a esperar que se acercaran las 11:20 que era la hora de salida de nuestro vuelo. Hubo que hacer bastantes visitas a las pantallas de horarios porque no los ponían con mucha antelación, aquí ordenaban los vuelos por destino en vez de hora de salida que es lo habitual.


En la hora prevista salimos, por delante teníamos 9 horas de vuelo, el avión bastante bien, con pantallitas individuales, los asientos bastante cómodos y de espacio bien, para lo que puede ser la clase turista, el avión iba prácticamente lleno, pero tuvimos suerte y a nuestro lado no había nadie, cosa que siempre va bien para ir dejando cosas.

La comida de British no nos gustó porque para comer era pollo picante, los refrescos se les terminaban con facilidad (pero no el vino), la merienda fue simplemente inexistente (nosotros comparamos con Air France), sí te levantabas podías pedir algún refresco, que estaba caliente, y con el frío que hacía en el avión tenía gracia. No nos dieron ni una miserable galletita.

Así que lo que es el avión le damos un aprobado bastante alto, pero al catering un suspenso total.

Teníamos unas pocas películas en español, así que bueno aunque no eran gran cosa, ayudan a sobrellevar las horas de vuelo.

Llegamos a las 15:30 más o menos (hora local), que era la hora prevista.

Para pasar el control de inmigración prácticamente sólo estaba nuestro vuelo, así que acabamos bastante pronto, y además el que nos tocó hablaba español. Nosotros pasamos rápido, pero no así nuestros amigos, ya que Luís tiene unos apellidos “problemáticos” y tuvo que esperar más tiempo; le dijeron que sabían que él no era, pero que tenían que hacer las comprobaciones, estuvieron retenidos más de media hora.

Mientras, nosotros fuimos a recoger nuestra maleta y la suya claro, afortunadamente llegaron ambas, porque lo que ya te debe rematar es salir de un control de esos y que tu maleta no este. Aquí no se podía utilizar el teléfono móvil, así que ni siquiera podíamos llamar a casa.

Cuando ya nos volvimos a juntar los cuatro y salimos, unos mozos nos dicen que la maleta grande había que dejarla en la cinta, como no los entendíamos del todo pensamos que era algo voluntario, pero no, había que dejarla, sí o sí. Y con tu maleta de mano te diriges a la zona de salida … donde vuelvas a pasar un control de seguridad (igualito que el de entrada en los aeropuertos), y bueno tras visionar tranquilamente por el escáner las maletas (se lo toman con calma), a nuestros amigos les abrieron la pasta de dientes; y después de esto, ya por fin podíamos decía que estábamos en USA.

Luego había que coger una especie de tranvía que llevaba a la Terminal central, donde están todos los servicios del aeropuerto, y allí vuelves a ir a una cinta a por tu maleta. La verdad es que no veíamos el momento de tener nuestra maleta con nosotros.


Ya tocaba ir a por el coche, y aquí tuvimos nuestros más y nuestros menos, porque el empleado de turno nos decía que ese coche era muy pequeño para los cuatro y nuestras maletas, y nosotros que no. Resulta que por un error de ealquilerdecoches y nuestro por no mirarlo bien (en el mail de confirmación ponía un Pontiac G6 y en el vale de confirmación que es el que se entrega, un Pontiac G5, pero de esto nos hemos dado cuenta a la vuelta en casa). Y claro aquello era una disputa, nosotros diciendo que cabía y el que no, al final no dimos nuestro brazo a torcer y ya nos fuimos a por nuestro coche.

El coche solicitado en la reserva no estaba, y como habían para elegir y no estábamos acostumbrados, pues allí estábamos, unos que si ese no que es muy feo, otros que esa marca tampoco, al final creo que lo elegimos por el color, un Toyota Corolla azul eléctrico (debíamos haber mirados las millas de cada uno, pero ni lo pensamos, solo queríamos irnos de allí); aunque creo que al final nos fue bien lo del color cantarín, porque eso de que no tengan matrícula delante lía un poco a la hora de buscarlo.

No es que nos sobrará maletero, pero tampoco necesitábamos más coche, ya que las distancias a recorrer iban a ser muy cortas.


Cuando al final salimos del aeropuerto, eran más de las 5 de la tarde.

Tras algunos despistes y 3 peajes (con un coste total de 2’50 $), llegamos al HOTEL FAIRFIELD INN & SUITES ORLANDO NEAR UNIVERSAL, cerca de las 6 de la tarde. En este hotel íbamos a estar 4 noches, y lo elegimos por su proximidad a los parques de Universal y por ser un hotel asociado a Universal, con algunos pequeños beneficios.

El hotel estaba bien, según lo esperado, muy cerca de Universal, habitaciones espaciosas y muy correctas, y con internet gratuito, que aunque era de cable no había problema porque llegaba a la cama.

Nos dimos 30 minutos descanso, y luego nos fuimos a un Outlet cercano, donde cayeron las primeras compras, y sobre las 8’30 volvimos hacía el hotel para cenar en alguno de los sitios que teníamos cerca.

Elegimos uno que se llama ALE HOUSE, lo elegimos porque estaba muy animado, allí estaban los americanos viendo la liga NFL de fútbol americano. Pedimos uno de pollo con piña, un costillar y dos de fajitas completas; y nuestras buenas pintas; estaba todo delicioso y nos costó 80 $ los cuatro (propinas incluidas).




Con la tripa llena y agotados por el sueño, a las 10 y poco, nos fuimos a dormir, mañana ya empezaban nuestras jornadas de parques.

No hay comentarios:

Publicar un comentario